martes, 14 de junio de 2011

Anuncios

Muchachos, nuestra campaña de captación de pivots se inicia con la creación de un mensaje que capte aficionados para la causa. Antes de mandar dicho mensaje a la Federación someto a vuestra consideración una serie de propuestas con la seguridad de que alguna de ellas concitará el interés de todos. A pesar de la dificultad que entraña describir en un par de frases toda nuestra idiosincrasia, he intentado reflejar en ellas nuestra viril forma de ver la vida. Desde luego podéis hacer las apreciaciones y aportaciones que se os ocurran. Pivots y pivats del mundo, ¡responded!


"Mal equipo de baloncesto busca buenos jugadores para transferencia mutua de conocimientos"

"Buscamos pivots. Franceses abstenerse. Se valorará sentido del humor. Conocimiento del Reglamento no imprescindible. Razón aquí"


"Dioses del baloncesto. Todos los tamaños. Copas. Especial principiantes. Céntrico. Francés no. Buscamos pivots serios para ganar liga y lo que surja"


"Defensores. Sanos y divertidos. Gustándoles las duchas, buscan pivot o similar para amistad y relación estable"



"Defensores. Cachondos. Recibimos en uniforme, miércoles tarde y domingos mañana. Haz realidad tus fantasías deportivas"



"Defensores. Ocho muñequitos para que jueges con ellos. Si te va el gris pero también el amarillo, ven, no te arrepentirás"



"Defensores. ¿Por qué no?"

miércoles, 8 de junio de 2011

Rompan filas

Cansados y depauperados los equipos de la Social, han alcanzado las tropas Defensoras sus últimos objetivos deportivos. La Liga ha terminado.

El Capitanísimo.


Todo tiene un final y el de esta Liga Social lustrada por la presencia de los Defensores, ha llegado al suyo. Una vez pasada la euforia de los partidos es hora de hacer frío balance de una temporada que no puede calificarse sino de histórica para nuestro equipo. Si hace tres años ocupábamos la undécima posición de doce equipos, el año pasado éramos los décimos de catorce y éste hemos logrado la sexta posición de trece equipos. Una progresión que ha suscitado la callada admiración de nuestros rivales, los mismos que tantas veces se preguntaron, con reverencial respeto, cómo podían estar perdiendo con la cuadrilla grisigualda, cómo gente que desconocía las más elementales reglas de este deporte podía resultar tan atractiva moviendo un balón. La respuesta siempre es la misma. Es imposible perder cuando la razón está de tu parte, cuando con tu lucha avalas años de demostrada probidad, cuando tu belleza y elegancia son meros adminículos en un todo superior.

Siempre los Defensores han luchado en inferioridad. El año comenzaba con la baja de el Chavi, la tardana incorporación de Catapultae y la ausencia, por lesión primero y por trabajo después, de Ricardo. En la última etapa de la liga serían Pepe por paternidad y José Ignacio con su traumática lesión los que nos dejarían. En definitiva raro era el partido al que acudíamos siete jugadores. Pero jamás dejamos de acudir a ninguno. Aún en las peores condiciones siempre había un Defensor en las barricadas dispuesto a empuñar un balón. Y todos sabemos que vivimos esas peores condiciones. Se ganaron partidos con cuatro jugadores y mientras todo el orbe social se frotaba los ojos con justificada incredulidad, nosotros éramos capaces de repetir la hazaña con tres jugadores sobre el campo. No fuimos pasto de las crónicas sociales, no ocupamos ningún titular y con toda la razón, puesto que para los Defensores, hijos de una estirpe única, guardianes de una prosapia envidiable, la victoria heroica no es noticia.
Pero pese a que deportivamente ha sido una campaña exitosa, el recuerdo de este año va a ser para mí negativo. Y es que este año va a ser el de la despedida de dos grandes Defensores, dos jugadores clave dentro y fuera de las duchas, que no estarán en las canchas pero que tendrán las puertas de los vestuarios abiertas. La más traumática sin duda es la de José Ignacio por cuanto su despedida no ha sido voluntaria sino fruto de una desgraciada lesión. La de Pepe, más agradable si me permitís, al tratarse de una excedencia por paternidad. Un Defensor nunca dice adiós del todo, por eso estoy convencido de su vuelta a nuestra disciplina dentro de algunos años, cuando termine de perfilar la educación espartana de una niña destinada a engrosar las filas de futuros equipos Defensores. Tal vez la única que llegue a entender algún día las órdenes de su padre en los tiempos muertos. Enhorabuena amigo.

Con todo ello los Defensores se enfrentan a nuevos retos, nuevos horizontes que alcanzar con almas nuevas, con caras nuevas pero con los mismos ideales de siempre. Así pues comienza desde ahora un proceso de reclutamiento que nos permita cubrir sus bajas. Proceso del que recibiréis cumplidas noticias y que debe culminar con la contratación de, al menos, dos nuevos pívots para el equipo. Para los que estéis pensando en formar parte de esta tropa es mi deber advertiros de que el camino no es fácil. Entrar en los Defensores es de hecho más difícil que formar parte de los Seals o encontrarle un traje a Gadafi. Las pruebas que pasaréis servirán para conocer el límite de vuestras capacidades, para llegar allí donde nunca imaginasteis que serías capaces de llegar, para derrotar al gabacho que lleváis dentro y hacer emerger al súperhombre Defensor. No todos lo conseguiréis, pero cuando por fin algunos de vosotros, los elegidos, tengáis el honor de vestir de Gris y Amarillo, os daréis cuenta de que todas esas pruebas, todos esos sacrificios, no han sido sino una pequeña muestra de todo lo que tendréis que sufrir como Defensores, porque como dijo aquella, la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor. A cambio, la gloria y el honor de poder compartir con la gran familia Defensora las mieles que otros no llegarán a imaginar, de formar parte de las más ilustres páginas de la historia.

Sabido es que un Defensor nunca descansa, todo lo más reposa con egregia actitud su canónico soporte físico, pero ha llegado la hora de la holganza para nosotros. Sé que estaréis siempre alerta, con el uniforme preparado y las pelotas (de baloncesto) dispuestas, mientras apuréis la cerveza vuestros elevados sentidos permanecerán atentos y vuestras piernas tensionadas a la espera de ese famoso grito que nos reuna de nuevo: ¡Defensores! Pero ahora os habéis ganado el descanso. Os convocaré de nuevo más adelante para nuestra sagrada misión, cabalgaremos juntos por los yermos campos de batalla, uniremos nuestros viriles brazos gritando al viento nuestro nombre antes de jugarnos el todo por el todo, lanzaremos con alegría las pastillas de jabón entre el obnubilador vapor de las duchas. Pero ahora, Defensores... ¡Rompan filas!

RAVUS ET FLAVA